
Muchas personas pueden sorprenderse al ver cómo en algunas familias, los hijos se manejan de una forma sometida e infantil frente a los padres. Y es que éstos, hasta la vida adulta de sus hijos cultivan un dominio sobre ellos.
Se trata de estructuras familiares donde los padres asumen que los hijos deben mostrar sometimiento y no aceptan ninguna muestra de diferenciación de pensamiento o de actos porque esto sería descalificado por los papás, quienes logran hacerlos sentir profundamente culpables.
Esto es algo que empieza en la más tierna infancia de los hijos y se prolonga hasta el final de los días de los padres. No se puede acceder a una relación adulta con los hijos sino que se sigue con el mismo modelo infantil y abusivo.
Este modelo y forma de relación generan hijos inseguros, culpables, buscadores de aprobación e incapaces de formas parejas o vínculos fuertes con personas que realmente los ayuden en su proceso de individuación. Pueden escoger parejas, pero siempre son personas que les garantizan que jamás se alejarán de sus padres.
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